By Alejandra R. Menegol
Today, the poetry of Luis Palés Matos is
known in mainstream Puerto Rican culture mostly for its celebration of African
blackness through lyrical verses and a concise choice of words that invoke a
savage, ancestral darkness.
The structure of the book Tuntún de
Pasa y Grifería is arboreal, a metaphor of the evolution of blackness in
our cultural, geographical, context: Tronco (trunk), Rama
(branch) and Flor (flower). Their symbolic significance is not too hard
to decipher. Implicitly, as we analyze this analogy, the roots go without
mentioning because they are planted far off in the continent from which African
woods were imported to the new world. The fruit, on the other hand, that which
is born from the flowering of this metaphorical tree, should bear a new,
adapted species of tree which is the future (we may argue, our present).
Although most of the poems in Tuntún
de Pasa y Grifería speak from, to and about an Antillian cultural context,
specifically, a Puerto Rican one, his verses do speak on a universal level if
significance is geographically transposed. One of the poems which transcends a
specific cultural boundary is Canción de Mar (Sea Song), literally and
figuratively. Canción de Mar exalts the oppressed, the savage other facing
the otherness of the imperialist, civilized white race. He calls upon the
universal by using images of geography, ancient mythology and religion from
across the continents to illuminate visions of the flesh and bone who build the
civilized world: darker skinned slaves. Africans, Indians, the Chinese, they
all struggle against the continental imposition as seas, "push against the
shores" to escape "the hole" that Destiny has placed them in. To
crawl out and escape "the hole" is possibly, Palés' main theme, be it
on a spiritual, intellectual or physical level. This escape should be the
adaptation of the new seed born on islands and "New Worlds," the new
breed of mestizo woods: people who have overcome oppression.
The 1993 edition of Luis Palés Matos' Tuntún
de Pasa y Grifería by Editorial de la Universidad de Puerto Rico contains
and insightful introduction by Mercedes López- Baralt and, as an epilogue for
the actual book of poetry, a transcribed conference by Jaime Benítez (former
chancellor and admirer of Palés') from 1938.
López-Baralt comments:
"El valor último de la poesía de nuestro ilustre guayanés reside en su
belleza, lo que Roland Barthes llamaría 'el placer del texto'. Las claves de su
pujante creatividad están en la imaginería, la capacidad de articular un mito
para expresar lo antillano, el ritmo, la ironía, el humor y
autorreferencialidad.
La imagen palesiana abarca desde la metáfora nutricia y el feísmo, que
culmina en lo grotesco, hasta el lirismo más quintaesenciado."
She states that in spite of the ugliness
we encounter (cannibalism, savagery, stench and violence), there is a lyrical
beauty that makes this ugliness palatable in text, resulting in a beautiful
textual outcome. Palés redeems our ancestral ugliness by making it into a caricature,
a sort of mirror reflecting images we may feel tempted to reject, but cannot.
We must accept it, own it, in order to overcome our cultural perils. Though
this concern was poignant to Palés during his times, more than half a century
ago, there are still traces of shame and inferiority complexes which threaten
our spirits.
Benítez elaborates on this notion is his
conference, given at the UPR shortly after the publication of the first Edition
of Tuntún:
"... lo caracteriza un decaimiento espiritual enorme, una sensación de
inutilidad, de impotencia, de derrota.
[...] Es una actitud que o la vencemos o nos aniquila."
It is not to say that Palés is a
pessimist, but critical. Bénitez also states:
"Veo en Palés un puertorriqueño, perdido en un laberinto, que busca
una salida. Sus versos expresan ese laberinto, esa búsqueda y esa salida. Esto,
claro está, no los explica. El arte no se explica, se gusta y se aprecia en
distintas perspectivas."
Palés' search for an exit from the
labyrinth of cultural and spiritual bondage is relevant even today. There may
still be a latent sense of helplessness and impotence among our people. There
are countless examples! Those who feel they have to flee this island in order
to truly prosper, to find the intellectual and spiritual identity and recognition
we are unable to find within what is truly ours, for one. It is a curse that
ails our collective unconscious (which Benítez mentions in reference to Carl
Jung's theory.)
Canción de Mar personifies the oppressed as the sea, slave of continents. He, herculean
slave, worker, miner, smith, who carries the white man upon his muscular,
sun-burned back so that he may shine, unaware of his own, natural brilliance.
Art: “Sea Song” by Sandra Mc Arthur
Canción de Mar
Dadme esa esponja y tendré el mar.
El mar en overol azul
abotonado de islas
y remendado de continentes,
luchando por salir de su agujero,
con los brazos tendidos empujando las costas.
Dadme esa esponja y tendré el mar.
Jornalero del Cosmos
con el torso de músculos brotado
y los sobacos de alga trasudándole yodo,
surcando el campo inmenso con reja de oleaje
para que Dios le siembre estrellas a voleo.
Dadme esa esponja y tendré el mar.
Peón de confianza y hércules de circo
en cuyos hombros luce su acrobático genio
la chiflada y versátil "troupe" de los meteoros...
Ved el tifón oblicuo y amarillo de China,
con su farolería de relámpagos
colándose a la vela de los juncos.
Allá el monzón, a la indostana,
el pluvioso cabello perfumado de sándalo
y el yagatán del rayo entre los dientes,
arroja sus eléctricas bengalas
contra el lujoso paquebote
que riega por las playas de incienso y cinamomo
la peste anglosajona del turismo.
Sobre su pata única, vertiginosamente,
gira y gira el tornado mordiéndose la cola
en trance de San Vito hasta caer redondo.
Le sigue el huracán loco del trópico
recién fugado de su celda de islas,
rasgándose con uñas de ráfagas cortantes
las camisas de fuerza que le ponen las nubes;
y detrás, el ciclón caliente y verde,
y sus desmelenadas mujeres de palmeras
fusiladas al plátano y al coco.
En el final despliegue va el simún africano
-seis milenios de arena faraónica
con su reseco tufo de momia y de pirámide-
La cellisca despluma sobre el agua
su gigantesca pájara de nieve.
Trombas hermafroditas
con sombrillas de seda y voces de barítono
cascan nueces de trueno en sus gargantas.
Pasa el iceberg, trono al garete,
del roto y desbandado imperio de los hielos
con su gran oso blanco
como un Haakón polar hacie el destierro,
levantando el hocico cual si husmease en la noche
la Osa Mayor rodada del ártico dominio;
y mangas de pie alígero y talle encorsetado
ondulan las caderas raudamente
en el salón grisperla del nublado,
y ocultan su embarazo
de barcas destripadas y sorbidas
en guardainfantes pálidas de bruma.)
Dadme esa esponja y tendré el mar.
Minero por las grutas de coral y madrépora
en la cerrada noche del abismo
-Himalaya invertido-
le alumbran vagos peces cuyas linternas sordas
disparan sin ruido en la tiniebla
flashes de agua de fósforo
y ojos desmesurados y fijos de escafandra.
Abajo es el imperio fabuloso:
la sombra de galeones sumergidos
desangrando monedas de oro pálidos y viejo;
las conchas entreabiertas como párpados
mostrando el ojo ciego y lunar de las perlas;
el pálido fantasma de ciudades hundidas
en el verdor crepuscular del agua...
remotas ulalumes de un sueño inenarrable
resbalado de monstruos que fluyen en silencio
por junglas submarinas y floras de trasmundo.
Dadme esa esponja y tendré el mar.
El mar infatigable, el mar reblede
contra su sino de forzado eterno,
para tirar del rischa en que la Aurora
con rostro arrociblanco de luna japonesa
rueda en su sol naciente sobre el agua;
para llenar las odres de las nubes;
para tejer con su salobre vaho
el broderí intangible de las nieblas;
para lanzar sus peces voladores
como últimas palomas mensajeras
a los barcos en viaje sin retorno;
para tragarse -hindú maravilloso-
la espada de Vishnú de la centella,
y para ser el comodín orfebre
cuando los iris, picaflores mágicos,
tiemblan libando en su corola azul,
o cuando Dios, como por distraerse,
arrójale pedradas de aerolitos
que él devuelve a las playas convertidas
en estrellas de mar y caracolas.
Dadme esa esponja y tendré el mar.
Hércules prodigioso
tallado a furia de aquilón y rayo
que hincha el tórax en ansia de infinito,
y en gimnástico impulso arrebatado
lucha para salir de su agujero
con los brazos tendidos empujando las costas.
Palés asks for a sponge so that he may
soak up the sea... but for what purpose? To wring him out to prosperity. Palés
glorifies the sea-slave with the hope that he may, and he will, triumph over
the shore.
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