Dr. Denise Rodriguez |
Dr. Denise Rodriguez, professor of the English Department presented Dr. Oscar Rodriguez's novel in the April 30, 2013 activity held in the Sala de Facultad of UPR Humacao. She presented an extrordinary analysis of this novel which will be shared in this blog.
Prisioneros de la vida: Tierra y libertad
Presentación de la novela de Oscar Rodríguez Jusino
30 de abril 2013, Sala de Facultad Universidad Puerto Rico Humacao
Comparezco ante ustedes para compartir mis impresiones sobre la novela de mi colega y amigo Oscar Rodríguez Jusino. Disfrutando de la bendición que debe ser una jubilación bien merecida, Oscar pudo, finalmente, dedicarse a escribir su novela y tuvo a su bien compartir el fruto de esa labor de amor mediante la publicación de esa primera novela. Por razones que yacen en el corazón y la conciencia de este escritor, tuve la dicha y el privilegio de leer su novela antes de ese acontecimiento.
Grande fue mi sorpresa al enfrentarme con la novela. Yo esperaba que la primera novela de mi colega fuera escrita en inglés; que se tratara de la experiencia vivencial puertorriqueña; que iba a poder entrever en las páginas de su primera novela la particularidad de mi antiguo profesor de inglés o la experiencia académica de mi primer director de departamento y mi primer colega en el ambiente universitario. Nada que ver.
Recuperada de esta sorpresa, me enfrenté con una realidad muy gratificante porque aunque no se ambientaliza en Puerto Rico y no representa la vivencia puertorriqueña en específico, su novela ciertamente ha captado nuestra condición humana desde una perspectiva honesta, comprehensiva y sobria. Me refiero a nuestra humanidad extendiendo la frase para incluir a todos los habitantes de este planeta porque siendo tan diferentes como podemos ser, somos iguales en lo que realmente nos hace humanos. Oscar escribió desde su propia experiencia humana aplicándola a su entorno actual. Desde su presente experiencia vivencial nos asoma al advenimiento de su “mexicanidad” con el cariño que eso le ha inspirado y que se hace latente en las páginas de su novela.
Desde el umbral de esta nueva expectativa, me acomodé para darle lectura a su novela como me acomodo para incursionar vicariamente en la multiplicidad de vidas y experiencias que el mundo de las letras despliega al alcance de todos. Aunque conozco por muchos años a este escritor, es ésta perspectiva de la lectura de su novela que quiero compartir con ustedes hoy; la perspectiva que compartimos todos los aficionados del género de la novela.
Somos una variedad de gente especial. Cuando emprendemos la lectura de una novela nueva, comenzamos una relación desde la portada. Nos relacionamos primero con su título. Digna representante de esta gente, empecé a incursionar en esta experiencia desde ahí. El título de esta novela, Prisioneros de la vida: Tierra y libertad, provoca la sensibilidad humana desde varias fuentes. Primeramente, el espectro de la falta de libertad, que es ser prisionero, se hace más amenazante cuando se presenta esta maldad a manos de la vida misma. No es un mero juego de palabras. Presentar lo que sentimos que es derecho inalienable de todo ser humano siendo coartado por lo más preciado que la experiencia humana nos ofrece, nos vislumbra el aspecto de la vida que nos encierra, que nos limita , o que nos impide alcanzar la plenitud. De esta manera este autor utiliza su arte para que la opresión de los humanos por los humanos nos asome su cara anormal. En esta novela, las malas costumbres y los convencionalismos de la sociedad y de la familia son los grilletes de esta familia mexicana. Y, aunque no son exactamente iguales en las historias de la humanidad, reconocemos esos grilletes. Hemos visto sus manifestaciones muchas veces.
El título también nos vislumbra la ironía histórica de tener la necesidad de un pedazo de tierra para asegurar la subsistencia cuando la tierra, en justicia, debería ser verdaderamente herencia de todos los humanos. En un mundo que se torna cada día más comercializado, esta pobreza se torna más y más invisible y, por eso, mucho más peligrosa.
En la novela vemos los extremos sociales que son producto de la lucha por el poder y la riqueza. Las clases sociales, por ejemplo, que subyugan al indio mexicano y lo convierten en esclavo del hacendado a cambio de una mera sobrevivencia, proveen en la novela la raíz de la problemática que convierte el amor entre dos seres humanos, Guadalupe y Artemio, en una trágica miseria. Nos encoge el alma la arrogancia de las clases elitistas que sacrifican a otro ser humano para adelantar sus propios intereses. La injustificable carencia de la libertad, que nos niega la naturaleza que nos define como seres humanos dotados con espíritu y conciencia se manifiesta en esta novela mucho más que en su forma física. La vemos como fuerza inmoral e insidiosa.
El título de la novela de Oscar evoca sentimientos y situaciones humanas que todos hemos compartido de una manera u otra. Históricamente, la humanidad se ha batido con las fuerzas que atentan contra la libertad, contra nuestro sentido de pertenencia. Conocemos la indignación y la rabia que provoca que el hombre se levante y tome las armas contra la injusticia. Conocemos la cara grotesca de las aberraciones humanas y los extremos a los que saben llegar. La contemplación de esta experiencia humana es, entonces, tierra fértil y lugar familiar desde donde podemos acceder nuestra conciencia para leer esta novela. De esta manera, desde el título de la novela, pienso que Oscar Rodríguez Jusino nos extiende una invitación a la experiencia que nos acoge en su desarrollo.
En las páginas de esta novela emprendemos la odisea de una familia mexicana que se niega a sucumbir a la impotencia y la apatía ante la embestida del abuso moral, político, y social que prevalece en su país. En las páginas del desarrollo de esta novela, Oscar nos hace un recuento de la historia del pueblo mexicano pasado y presente. Hace este recuento desde una perspectiva respetuosa sin ser condescendiente. Nos retrata lo bueno y lo malo sin pasar juicio, fiel a su percepción humana de la cultura mexicana.
Conocemos a la familia en su entorno rural, de rancho, comenzando con el personaje Marcos, hermano menor de la dueña, Guadalupe. La vida de estos dos hermanos nos ofrece una mirada humana que nos retrata la tradición y las costumbres del pueblo mexicano. Reconocemos en Marcos las turbulencias de las emociones y los sentimientos que nuestras debilidades humanas manifiestan cuando nos hacen presa fácil de la incertidumbre, la desilusión, la falta de honor, la frustración; y nos regocijamos ante su nobleza, su sentido de familia, y su solidaridad con la causa del patrimonio de su familia extendida.
En Guadalupe y Sofía, ambas protagonistas, vivimos la evolución de la mujer mexicana en dos generaciones desde sus nombres, uno muy tradicional mexicano y el otro, Sofía, alusivo a la cualidad inquisitiva del ser humano. Aunque Guadalupe desarrolla bajo el yugo de su padre machista, manifiesta su fuerza espiritual de varias maneras que comienzan con su elección de un marido indio en contra de la voluntad de su padre, y culminan con la decisión de enfrentarse a manos armadas con la injusticia y la violencia que asechan a su familia y su patrimonio. Sofía, aunque producto de un hogar dysfuncional, hereda esa fuerza espiritual de su madre y la lleva a otros niveles. Sofía reconoce el valor y la abnegación de su madre, acepta la responsabilidad moral y social que le impone su educación superior y su profesión, y desde esa perspectiva hace cuestionamientos sociales, políticos, y hasta existenciales, que la obligan a sacrificarlo todo en respuesta. Personifica lo mejor de la poderosa mujer antigua y moderna. La dignidad de estas dos mujeres en dos tiempos me llena de satisfacción y orgullo por reconocer en ellas mis propias aspiraciones como mujer.
Como en toda buena novela, y a pesar de todo el tumulto moral y social, aflora el amor entre dos personajes, Sofía y Gabriel, de una manera que nos engatusa el espíritu y nos trae una sonrisa desde la conciencia hasta los labios. Y esto, porque el amor entre estos dos personajes nace y se desarrolla libre de toda atadura, porque nace y crece a pesar de la tragedia, porque existe despojado de los convencionalismos, y porque repetando el pasado se ancla firmemente en la esperanza y el futuro. Es un amor que nos enaltece a todos como seres humanos y demuestra que la experiencia humana, aunque puede ser árdua y dolorosa, es también preciosa y vale la pena. Nos hace recordar que la parte más oscura de la noche es solamente la antesala de un nuevo amanecer.
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